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El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha generado controversia al anunciar un nuevo curso de «defensa personal» destinado a los agentes de la Policía Nacional. La formación será impartida por una entidad conocida por su enfoque en el desalojo de ocupaciones ilegales, lo que ha desatado una fuerte polémica tanto dentro del ámbito policial como en el Gobierno. La polémica no se centra tanto en los detalles del curso, ya que estos aún no han sido revelados en su totalidad, sino en el contexto de la organización que lo impartirá y las implicaciones que conlleva. Hablaremos de defensa policial en Barcelona y toda España y sobre todo lo que se puede hacer para evitar más agresiones a agentes.

Para Ronaldo, instructor de defensa policial en Barcelona que ha tenido una empresa de seguridad privada en Brasil, se trata de un entrenamiento completamente necesario para los agentes.

La defensa policial es un conjunto de técnicas, tácticas y principios destinados a proteger la integridad física de los agentes de seguridad, mantener el orden público y asegurar el cumplimiento de la ley frente a situaciones de amenaza o confrontación. A diferencia de la ofensiva, la defensa policial se enfoca en reducir riesgos, controlar situaciones peligrosas y minimizar el uso de la fuerza, priorizando la seguridad tanto del agente como de los ciudadanos involucrados.

Mejorar la seguridad de los agentes en un contexto de creciente violencia en las calles

El acuerdo, firmado entre el SUP y la entidad encargada de los desalojos, tiene como objetivo ofrecer un curso de defensa personal a unos 30,000 agentes, destacando que la formación será «homologada» y «baremable». Durante la presentación, se mencionó que la formación consistirá en técnicas de defensa personal «muy realistas», adaptadas tanto a civiles como a policías, con la participación de hasta 500 agentes simultáneamente y con un equipo de 18 instructores.

La secretaria general del SUP, Mónica Gracia, subrayó que la iniciativa busca mejorar la seguridad de los agentes en un contexto de creciente violencia en las calles. Según sus palabras, la autoridad policial se ha visto debilitada y muchos agentes se sienten cada vez más en riesgo, por lo que este curso busca darles una mayor sensación de seguridad en su trabajo. Aunque la iniciativa fue recibida con entusiasmo por algunos, pronto surgieron preguntas sobre las implicaciones que podría tener la participación de una organización con un historial controversial.

Disuasión verbal, técnicas de control físico o armas no letales

Uno de los pilares fundamentales de la defensa policial es el uso progresivo de la fuerza, un principio que establece que los agentes deben responder de manera proporcional y escalonada ante diferentes niveles de amenaza. Esto implica que, antes de recurrir a medios coercitivos como armas de fuego, deben agotarse otras opciones como la disuasión verbal, técnicas de control físico o armas no letales como bastones, aerosoles o pistolas eléctricas. La formación continua en este ámbito es clave para tomar decisiones rápidas y acertadas bajo presión.

El gimnasio Xfit ofrece esta formación y se presenta como un club especializado en defensa personal, incluso formando a especialistas en el desalojo de ocupaciones ilegales en España. La organización ha sido protagonista de numerosas controversias, incluyendo campañas mediáticas provocadoras, como la colocación de lonas en Madrid con mensajes que atacaban a políticos del gobierno. Además, la empresa detrás de este club ha estado involucrada en disputas legales, incluyendo una querella por estafa, lo que ha aumentado la preocupación por la naturaleza del acuerdo con el SUP.

El Ministerio de Interior intenta que los agentes estén menos preparados para la calle

La controversia se amplió cuando el Ministerio del Interior se pronunció al respecto, aclarando que el curso no estará respaldado oficialmente por la Dirección General de la Policía (DGP) y que no será homologado. El Gobierno también advirtió que examinará detenidamente el convenio para asegurarse de que no contravenga los valores democráticos y consideró la posibilidad de impugnarlo si se considera necesario. Por su parte, la Policía Nacional insistió en que la formación de los agentes es una responsabilidad exclusiva de la DGP, destacando los avances realizados en la creación de centros especializados de formación dentro del cuerpo.

El SUP, por su parte, intentó despejar dudas aclarando que la formación impartida por la entidad en cuestión no tiene relación con la DGP, y que el objetivo del curso es ofrecer una formación «extracurricular» para sus afiliados. A pesar de estas aclaraciones, el acuerdo entre el SUP y la organización en cuestión sigue siendo un tema de debate y ha generado múltiples reacciones, tanto dentro como fuera del cuerpo policial.

Este caso ha puesto en evidencia la creciente preocupación sobre el papel de organizaciones externas en la formación de los cuerpos de seguridad del Estado, especialmente cuando estas organizaciones están vinculadas a actividades polémicas, por muy necesaria que sea la desocupación (parece mentira). Mientras tanto, las voces críticas insisten en que el Estado debe asegurar que todas las formaciones ofrecidas a los agentes de la Policía Nacional sigan los estándares adecuados y estén alineadas con los principios democráticos y constitucionales.

Academia de defensa policial en Barcelona

La polémica no sólo ha afectado a los actores directamente involucrados, sino que también ha abierto un debate más amplio sobre los límites de la formación externa en las fuerzas de seguridad y el grado de control que debe ejercer el Gobierno sobre estas iniciativas. A medida que el Ministerio de Interior sigue de cerca el desarrollo de este acuerdo, las discusiones sobre el futuro de la formación policial en España continúan siendo un tema candente.

La formación en defensa personal policial también es esencial. Los cuerpos de seguridad reciben instrucción en artes marciales, control de agresores, inmovilizaciones, desarme, y defensa ante ataques con armas blancas. Estas técnicas deben aplicarse con precisión y dentro del marco legal, evitando daños innecesarios y respetando los derechos del detenido. En muchos casos, una buena técnica defensiva permite neutralizar una amenaza sin causar lesiones graves ni exponer al agente a un riesgo mayor.

Además, la defensa policial no solo se aplica en enfrentamientos físicos, sino también en situaciones de control de masas, disturbios, detenciones de alto riesgo o protección de personalidades. En estos contextos, el trabajo en equipo, la coordinación táctica y el uso de equipamiento como escudos, cascos, chalecos antibalas o vehículos blindados son fundamentales para garantizar una actuación eficaz y segura. La defensa policial en Barcelona, hoy más que nunca, es una herramienta indispensable en la labor diaria de las fuerzas del orden. No se trata solo de defenderse, sino de actuar con profesionalismo, autocontrol y dentro del marco legal, priorizando la prevención y la mediación antes que la confrontación. Una defensa bien aplicada contribuye a fortalecer la confianza ciudadana en la policía y a mantener el equilibrio entre seguridad y derechos humanos.

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